Journal of Gynecologic Surgery vol 24, Nº4, 2008 175-179
Introducción
Es bien sabido que durante la histerectomía abdominal o vaginal, las bacterias de la vagina o el cervix pueden invadir los tejidos y proliferar durante el postoperatorio, lo que produce daño tisular y destrucción de las suturas. Bartlett demostró en el modelo animal el papel de la invasión bacteriana endógena en la fisiopatología de las infecciones de tejidos blandos tras sepsis intraabdominal. Múltiples estudios han demostrado que la respuesta tras el trauma quirúrgico simula el modelo animal
En el modelo animal hay una fase inicial de la infección que puede estar asociada a bacteriemia que es similar a la infección de la cúpula vaginal o a la celulitis pélvica que aparece precozmente en el postoperatorio de mujeres que se someten a histerectomía. Tanto en el modelo humano como en el animal, existe también una fase tardía que desarrolla abscesos en los que los microorganismos predominantes son bacterias anaerobias endógenas.
Burke demostró que los antibióticos profilácticos pueden prevenir las infecciones posquirúrgicas. El observó que la respuesta inflamatoria medible 24 horas tras la invasión bacteriana experimental podría prevenirse o reducirse con la administración pautada de un AB efectivo contra el microorganismo. Todos los estudios exitosos en cuanto a profilaxis antibiótica han confirmado que la pauta de administración del antibiótico es crucial para la prevención de las infecciones operatorias. Si un antibiótico efectivo se administra poco antes de la invasión bacteriana, la efectividad del mismo reduce la extensión de la respuesta inflamatoria de huésped a la infección. Si la administración del antibiótico se retrasa 3 horas o más tras la invasión bacteriana, no tiene efecto en la respuesta del huésped a la invasión bacteriana.
Previo al uso generalizado de antibiótico profiláctico en la histerectomía, la incidencia de infección pélvica podría ser tan alta como del 70%. Con la administración apropiada de antibiótico profiláctico, la incidencia de morbilidad febril postoperatoria disminuyo al 5%. Es ampliamente conocido que las mujeres que se someten a histerectomía vaginal tienen alto riesgo de invasión bacteriana. También es conocido que existen riesgos asociados al uso indiscriminado de antibióticos en la población sana. Es bien conocido que el uso de antibióticos selecciona las cepas bacterianas resistentes. También se sabe que hay personas que pueden tener serios problemas como reacciones anafilácticas. Mas aun, no todas las infecciones tienen alto riesgo de infección quirúrgica y no todas las personas presentan el mismo riesgo de infección tras cirugía. Debido a todas esas cuestiones, Ledger propuso unas guías clínicas para el uso de AB profiláctico para prevenir las infecciones posquirúrgicas y para disminuir el riesgo de reacciones adversas y la selección de cepas resistentes.
Es bien sabido que durante la histerectomía abdominal o vaginal, las bacterias de la vagina o el cervix pueden invadir los tejidos y proliferar durante el postoperatorio, lo que produce daño tisular y destrucción de las suturas. Bartlett demostró en el modelo animal el papel de la invasión bacteriana endógena en la fisiopatología de las infecciones de tejidos blandos tras sepsis intraabdominal. Múltiples estudios han demostrado que la respuesta tras el trauma quirúrgico simula el modelo animal
En el modelo animal hay una fase inicial de la infección que puede estar asociada a bacteriemia que es similar a la infección de la cúpula vaginal o a la celulitis pélvica que aparece precozmente en el postoperatorio de mujeres que se someten a histerectomía. Tanto en el modelo humano como en el animal, existe también una fase tardía que desarrolla abscesos en los que los microorganismos predominantes son bacterias anaerobias endógenas.
Burke demostró que los antibióticos profilácticos pueden prevenir las infecciones posquirúrgicas. El observó que la respuesta inflamatoria medible 24 horas tras la invasión bacteriana experimental podría prevenirse o reducirse con la administración pautada de un AB efectivo contra el microorganismo. Todos los estudios exitosos en cuanto a profilaxis antibiótica han confirmado que la pauta de administración del antibiótico es crucial para la prevención de las infecciones operatorias. Si un antibiótico efectivo se administra poco antes de la invasión bacteriana, la efectividad del mismo reduce la extensión de la respuesta inflamatoria de huésped a la infección. Si la administración del antibiótico se retrasa 3 horas o más tras la invasión bacteriana, no tiene efecto en la respuesta del huésped a la invasión bacteriana.
Previo al uso generalizado de antibiótico profiláctico en la histerectomía, la incidencia de infección pélvica podría ser tan alta como del 70%. Con la administración apropiada de antibiótico profiláctico, la incidencia de morbilidad febril postoperatoria disminuyo al 5%. Es ampliamente conocido que las mujeres que se someten a histerectomía vaginal tienen alto riesgo de invasión bacteriana. También es conocido que existen riesgos asociados al uso indiscriminado de antibióticos en la población sana. Es bien conocido que el uso de antibióticos selecciona las cepas bacterianas resistentes. También se sabe que hay personas que pueden tener serios problemas como reacciones anafilácticas. Mas aun, no todas las infecciones tienen alto riesgo de infección quirúrgica y no todas las personas presentan el mismo riesgo de infección tras cirugía. Debido a todas esas cuestiones, Ledger propuso unas guías clínicas para el uso de AB profiláctico para prevenir las infecciones posquirúrgicas y para disminuir el riesgo de reacciones adversas y la selección de cepas resistentes.
Prevención de la infección durante cirugía ginecológica
Aunque esta demostrado que los antibióticos profilácticos pueden disminuir significativamente la infección en la herida quirúrgica, la prevención de la infección posquirúrgica requiere un seguimiento estricto de los principios quirúrgicos establecidos. El uso de antibióticos profilácticos nunca es sustituto de una técnica aséptica meticulosa. El lavado preoperatorio debe ser meticuloso e incluir manos y brazos hasta por encima del codo. El instrumental y equipamiento quirúrgico en contacto con la herida quirúrgica deben estar estériles. El equipo de anestesia debe de ser apropiadamente desinfectado. La intervención debe ser realizada de una manera eficiente reduciendo el tiempo de intervención al mínimo. Debe existir una pérdida hemática mínima y una hemostasia excelente al final de la intervención.
El uso de antibióticos profilácticos está indicado solo para pacientes que no están infectadas en el momento de la intervención. En ginecología, están demostrados los beneficios de los antibióticos profilácticos para la histerectomía vaginal y abdominal así como para los procedimientos quirúrgicos extensos en pacientes oncológicos. El riesgo significativo en esos casos tiene que ver con la frecuencia y severidad de las infecciones en la herida quirúrgica en el postoperatorio. La necesidad de uso de profilaxis antibiótica de rutina en otros procedimientos quirúrgicos como aborto del primer trimestre, tuboplastia e inserción de DIU no esta bien documentada.
El uso de antibióticos profilácticos también se requiere en operaciones asociadas a una contaminación significativa de organismos endógenos. La flora vaginal y cervical es un ecosistema compuesto por GRAM -, GRAM +, aerobios y anaerobios. La contaminación de la zona quirúrgica con organismos endógenos de vagina y cervix es indudable en casos de histerectomía abdominal y vaginal.. Esta realidad supone el 2º de los 8 supuestos presentes en las guías clínicas de uso de antibiótico, por lo que el uso de antibióticos profilácticos está justificado.
El tercer requisito es que el antibiótico a usar tenga evidencia de ser efectivo contra alguno de los microorganismos endógenos contaminantes. Los antibióticos con una buena actividad antibacteriana GRAM – son efectivos en prevenir las infecciones postoperatorias precoces, como la celulitis de la cúpula vaginal, mientras que los antibióticos con buena cobertura anaerobia son efectivos en prevenir las infecciones posquirúrgicas tardías, como los abscesos pélvicos.
Un requisito importante para el uso de antibióticos profilácticos es su evidencia clinica de su efectividad. Independientemente de otras consideraciones teóricas, si no hay evidencia de efectividad clínica, el uso de antibióticos profilácticos no esta justificado. Si los estudios clínicos bien designados no muestran beneficios con el uso de antibióticos profilácticos, entonces la posibilidad de selección de cepas resistentes y la posibilidad de efectos secundarios no justifica su uso.
Los estudios en animales de experimentación y los ensayos clínicos, muestran claramente que la profilaxis antibiótica es más efectiva si están presentes en la herida quirúrgica durante la intervención. El momento de la aplicación del antibiótico es crucial. Un antibiótico con una vida media adecuada con relación a la duración de la intervención debe administrarse unos 30 minutos previos al inicio de la intervención. El antibiótico debe estar presente en niveles adecuados cuando se ligan y cortan los pedículos vasculares. Si la intervención dura mucho más que la vida media del antibiótico, debe administrarse una segunda dosis. El numero de dosis que deben administrarse para la profilaxis es otra consideración importante. En la mayoría de los casos una dosis única se ha mostrado tan efectiva como la administración de antibiótico prolongada para la histerectomía vaginal o abdominal. Una dosis única reduce el riesgo de colonización con microorganismos resistentes o de reacciones adversas. Si la vida media del antibiótico seleccionado es corta, puede ser necesaria una administración larga de profilaxis en una intervención como la histerectomía radical o la histerectomía con múltiples adherencias, debido a que no habrá concentración mínima inhibitoria o concentración bactericida durante la parte final de la intervención.
El tipo de antibiótico utilizado ha provocado controversias durante años. La idea de que deberá usarse un antibiótico de los no usados de primera línea fue uno de los postulados sugeridos. De todas formas, múltiples estudios demostraron que los antibióticos con actividad contra bacterias anaerobias dan mejor resultados en la histerectomía vaginal, para estas pacientes antibióticos como la cefoxitina o el cefotetan son elecciones razonables. Para pacientes que se someten a cirugía reconstructiva de trompas o a interrupción del embarazo es apropiado el uso de antibióticos efectivos contra Chlamydia Trachomatis, como la tetraciclina o doxiciclina, debido a que este microorganismo puede causar daño irreversible incluso en casos asintomáticos. Para la histerectomía radical puede usarse una cefalosporina de segunda o tercera generación como la ceftriaxona sola o con metronidazol.
Finalmente los beneficios de los antibióticos profilácticos deben superar los riesgos. Una paciente con historia de alergia a la penicilina, tiene más riesgo de reacción adversa si se administra una cefalosporina para la profilaxis que riesgo de desarrollar una infección seria si no se administra profilaxis antibiótica.
Ciertas pacientes que requieren una histerectomía tienen mas riesgo de infección que otras, y por lo tanto requieren profilaxis antibiótica para prevenir infecciones posquirúrgicas serias. Entre esas pacientes, están aquellas que han sufrido un legrado en la semana previa a la histerectomía, una conización en las dos semanas previas o la inserción de un DIU en las dos semanas previas. Las pacientes con ciertas patologías cardiacas, como prótesis valvulares, historia de endocarditis bacteriana, enfermedad cardiaca cianótica compleja, o shunts sistémicos pulmonares, también requieren profilaxis antibiótica cuando se someten a cirugía ginecológica.
Resumen
Existe evidencia de que el uso rutinario de antibióticos profilácticos está justificado en mujeres que se someten a histerectomía vaginal, abdominal o radical. Los antibióticos profilácticos también están justificados en pacientes con ciertas circunstancias médicas o en pacientes que se han sometido a ciertos procedimientos quirúrgicos las semanas previas a la histerectomía. La evidencia en cuanto al uso de antibióticos profilácticos para el legrado, inserción de DIU y interrupción voluntaria del embarazo no es fuerte. La profilaxis en la cirugía de reparación tubárica puede justificarse debido a los posibles efectos en el potencial reproductivo. Aunque los antibióticos para la profilaxis mas efectivos en relación a su precio son las cefalosporinas de primera generación o la ampicilina, hay evidencia de que los antibióticos con una actividad adicional contra los anaerobios, son más efectivos en casos de histerectomía vaginal y en la radical.Para la mayoría de los procedimientos quirúrgicos en ginecología, una dosis única de un antibiótico apropiado es suficiente. Es necesario administrar una segunda dosis de antibiótico en aquellos procedimientos quirúrgicos que duran más de dos horas.
Existe evidencia de que el uso rutinario de antibióticos profilácticos está justificado en mujeres que se someten a histerectomía vaginal, abdominal o radical. Los antibióticos profilácticos también están justificados en pacientes con ciertas circunstancias médicas o en pacientes que se han sometido a ciertos procedimientos quirúrgicos las semanas previas a la histerectomía. La evidencia en cuanto al uso de antibióticos profilácticos para el legrado, inserción de DIU y interrupción voluntaria del embarazo no es fuerte. La profilaxis en la cirugía de reparación tubárica puede justificarse debido a los posibles efectos en el potencial reproductivo. Aunque los antibióticos para la profilaxis mas efectivos en relación a su precio son las cefalosporinas de primera generación o la ampicilina, hay evidencia de que los antibióticos con una actividad adicional contra los anaerobios, son más efectivos en casos de histerectomía vaginal y en la radical.Para la mayoría de los procedimientos quirúrgicos en ginecología, una dosis única de un antibiótico apropiado es suficiente. Es necesario administrar una segunda dosis de antibiótico en aquellos procedimientos quirúrgicos que duran más de dos horas.
Por qué hay mujeres que tienen ese flujo a chorro? dan asco.
ResponderEliminar