martes, 29 de julio de 2008

Cystoadenoma en embarazada por laparoscopia

Del articulo Laparoscopic management of enlarged serous cystoadenoma in advanced pregnancy
Journal of minimally invasive gynecology (2007) 14, 247-249


La recomendación de exéresis de masas anexiales mayores de 5 cm ha sido documentada en la literatura desde 1988. Con el establecimiento y desarrollo de la cirugía mínimamente invasiva, una gran número de procedimientos han sido solucionados mediante la laparoscopia durante el embarazo. Las ventajas en el uso de estas nuevas técnicas son menor dolor, menor tiempo quirúrgico y menor estancia hospitalaria, por o que estan siendo ampliamente utilizadas. Pensamos que el caso que presentamos se trata del cistoadenoma seroso más grande que ha sido manejado con técnica mínimamente invasiva

CASO CLINICO
Mujer de 21 años. G1P0, que acude a urgencias por dolor pélvico agudo muy intenso. El dolor se localizaba en todo el abdomen. La paciente estaba embarazada. La evaluación ecográfica asi como la RMN posterior diagnosticaron un embarazo iuntrauterino de 21+4 y una masa dependiente del ovario derecho de 28x27x14cm. La masa aparecia desplazando a todos los organos intraabdominales postero-superiormente asi como comprimiendo el utero inferiormente. También se apreciaba Hidronefrosis derecha. La visualización de la pared interna del quiste no mostraba componente sólido, septo, debris o vegetaciones internas. Las búsqueda bibliográfica mostró un bajo potencial de malignidad para esos hallazgos.
La paciente dio consentiomietno para ooferectomía laparoscópica o posible laparotomía. Fue informada de la posibilidad de malignidad así como de la evolución del embarazo y de los riesgos para el feto de la anestesia como parto inmaduro o muerte fetal. Ella valoró riesgos y beneficios, firmó los consentimientos informados y se procedió a la cirugía.


Se colocó a la paciente en posición de supino modificada con un leve decúbito lateral izquierdo. Se realizo una inserción de trocar de Hasson modificada. Se identifico el quiste, elevándose con pinzas de Allis hasta la apertura umbilical. Se utilizó una jeringa de 60 ml y una aguja de 18G para aspirar el suficiente fluido como para permitir sacar parte de la pared quística a traves de la incisión umbilical. Posteriormente se realizó una incisión de 0,5 cm en la capsula y se utilizó el aspirador utilizado en laparoscopia para evacuar 6300 ml de liquido seroso. Tras una descompresión adecuada, se utilizó un vicryl de 3-0 para cerrar la incisión del quiste y asi evitar la salida accidental del liquido remanente, el quiste una vez cerrado fue repuesto a cavidad abdominal. Se introdujo el trocar de Hasson y se inició la insuflación con CO2 manteniendo la presion intraabdominal a 12 mmHg. Bajo visión directa se introdujeron 2 trocares adicionaes de 5 mm, uno a nivel de la espina iliaca y otro unos 15 cm cefálicamente.
El ligamento infundibulopelvico derecho asi como el aporte sanguíneo ovárico fueron clampados y coagulados con un generadoer Gyrus, se realizó la exéresis de la masa y se introdujo por el trocar umbilical de 10 mm. Se utilizaron pinzas de Kocher para extraer la masa. La inspección posterior no mostró sangrado o daño al utero. El cierre se hizo de forma habitual. Los tonos fetales estaban presentes antes y después de la cirugía. El embarazo continuó con curso normal.
El tejido ovarico colapsado media 30 x 20 x 2 y el peso era 309 gr, el del contenido era 5889 gr para un peso total de 6198 gr. La paciente fue a recuperación y dada de alta a las 24 horas
DISCUSIÓN
Desde la introducción de la laparoscopia, su uso durante el embarazo ha sido limitado hasta que determinados profesionales utilizaron los conocimeientos adquiridos en la población general en las pacientes embarazadas. Actualmente, la laparoscopia no solo se ha mostrado segura durante el embarazo, sino que ha permitido a los cirujanos especializados manejar casos mas complejos durante el segundo y tercer trimestre del embarazo. Las masas benignas continuan siendo el hallazgo más frecuente en pacientes embarazadas y en edad reproductiva. La malignidad es rara, ocurriendo en el 0`7% de las lesiones quísticas y la laparoscopia no parece tener efecto adverso en el impacto de esas lesiones


CONCLUSIÓN
La cirugía laparoscopica para el tratamiento de masas gigantes durante el embarazo no solo son seguras sino que permiten al cirujano elegir el método de tratamiento. Omo está aumentando el nivel en cirugía laparoscopica, la laparoscopia se convertirá en el tratamiento estandar salvo excepciones

lunes, 28 de julio de 2008

Laparoscopia Transvaginal Quirúrgica

Del libro Atlas of Transvaginal Endoscopy
Stephan Gordts 2007
Cap 10 Operative Transvaginal Laparoscopy pag 85-92


Introducción
La técnica de laparoscopia transvaginal diagnostica como procedimiento ambulatorio fue descrita por primera vez en 1998. Significaba ofrecer a las pacientes infértiles sin patología pélvica obvia la posibilidad de una exploración endoscópica mínimamente invasiva de la pélvis.
Como medio de distensión se utilizaba Ringer lactato precalentado, este permite una correcta visualización ya que los órganos flotan, así las estructuras tubo-ováricas pueden ser estudiadas en su posición natural sin necesidad de manipulación.
Según se adquiere experiencia con la técnica, se hace obvio que la facilidad de acceso a la superficie ovárica, a la foseta ovárica y a las trompas de Falopio abre el campo a algún procedimiento quirúrgico. Con los instrumentos endoscópicos en el mismo eje, , el abordaje transvaginal crea excelentes posibilidades para una disección mínimamente invasiva del ovario bajo visión directa.

TÉCNICA E INSTRUMENTOS:
Al igual que en la diagnostica, la paciente descansa en decúbito dorsal y el acceso a la pelvis se realiza mediante la misma técnica de punción. Tras la verificación de un acceso correcto, la colocación de un obturador especial permite un intercambio fácil de los instrumentos diagnósticos y quirúrgicos. Una óptica de 2.9 mm con 30º se inserta en el trocar quirúrgico con uno o dos canales operatorios con diámetros externos entre 5 y 7 mm respectivamente. El canal quirúrgico permite la inserción de instrumentos de 5 Fr como tijeras, pinzas de biopsia y de agarre y dispositivos de coagulación bipolar. El trocar de 2 canales quirúrgicos es el mas usado en casos de endometrioma ovárico y permite la inserción de dispositivos bipolares a través de una canal y de tijeras o pinzas por el otro.
Antes de comenzar el procedimiento se instilan unos 100 ml de Ringer lactato precalentado en el Douglas para producir la distensión apropiada. Como estamos trabajando con un medio de distensión liquido, una hemostasia cuidadosa con coagulación bipolar es obligatoria para evitar problemas de visión. Durante todo el procedimiento se realiza una instilación continua de Ringer Lactato.

Aunque las estructuras tubo-ováricas son fácilmente accesibles, la falta de una visión panorámica limita la técnica a procedimientos menores. Esta indicada en casos de endometriosis peritoneal superficial y ovárica, pequeños endometriomas, adhesiolisis tubo-ovárica y drilling ovárico en casos de SOP resistente a clomifeno. Las situaciones agudas como sangrado intraabdominal o infecciones son contraindicaciones absolutas.

ENDOMETRIOSIS SUPERFICIAL Y ENDOMETRIOMAS
Alrededor del 50-60% de los hallazgos patológicos en la laparoscopia transvaginal son debidos a la presencia de endometriosis superficial. Esas lesiones están asociadas con ovarios libres, adherencias peritoneales y adherencias fijas a la foseta. Los hallazgos en la laparoscopia transvaginal tienen buena correlación con la teoría de regurgitación e implantación de Sampson, seguido de adherencia e invaginación de la corteza ovárica como demostró Hughesdon y Brosens. El acceso al ovario se produce sin manipulación debido a que hay una exposición directa de la foseta ovárica. En esta zona, los endometriomas están frecuentemente adheridos a la pared pélvica lateral, ligamento uterosacro o a la hojas posterior del ligamento ancho.
La técnica de cirugía ovárica reconstructiva en laparoscopia transvaginal se basa en los mismos principios de la laparoscopia estándar. El primer paso consiste en la adhesiolisis con movilización completa del ovario e identificación del sitio de inversión, en un segundo paso, se abre el quiste en la zona de inversión. El acceso al quiste en este punto es esencial para minimizar el trauma ovárico y para mantener la permeabilidad del quiste. Esta técnica difiere de la fenestración en que la apertura del quiste se realiza mediante adhesiolisis y resección del anillo fibrótico en el sitio de inversión. Tras la aspiración, el sitio de inversión es ampliamente abierto. Como tercer paso, se realiza una coagulación superficial de la lesión endometriosica en la pared. Debido a que se usa un medio de distensión liquido y a que no existe aumento de presión iuntrauterina, la neoangiogénesis permanece visible, facilitando la identificación de los implantes peritoneales. No hemos hallado diferencias en la tasa de recurrencia de los endometriomas entre la resección microquirúrgica de la pared y la técnica simplificada de eversión y coagulación. En casos de endometriomas mayores de 5 cm, el procedimiento se realiza en dos tiempos. En el primero se realiza adhesiolisis con resección del área fibrótica en el área de inversión con coagulación de los implantes endometriósicos vascularizados. En un segundo tiempo se realiza adhesiolisis si fuera necesaria y se completa la coagulación del pseudoquiste. Nuestros resultados preliminares no muestran recurrencias de los endometriomas en un seguimiento de 12-36 meses. Tras la apertura del endometrioma no hay colapso de la pared ya que esta formada por la corteza ovárica rígida, lo que contrasta con los verdaderos quistes intraováricos.
En nuestra serie de procedimientos de laparoscopia transvaginal quirúrgica, no fue necesaria la reconversión a laparoscopia. Comparado con la morbilidad de la laparoscopia estándar, la morbilidad tras laparoscopia transvaginal quirúrgica fue muy baja y la mayoría de pacientes no tenían sensación de dolor posterior y si una sensación de molestia en el bajo abdomen. Todas las pacientes fueron dadas de alta el mismo día y retornaron a su actividad completa 1 o 2 dias tras la intervención.

Lo que inicialmente aparece como una lesión ovárica superficial marrón, se revela en una inspección cercana como áreas invaginadas de la corteza ovárica cubierta por adherencias. Tras la apertura y en la base de esas lesiones invaginadas, se pueden identificar implantes endometriosicos con neovascularización. Las desventajas observadas durante los primeros años no se observan en el momento actual, con tiempo, experiencia y un esfuerzo constante de la compañía Karl Storz en aportar prototipos mejores, la laparoscopia transvaginal quirúrgica nos permite tratar estadios I, II e incluso algunos casos de estadio III de endometriosis de los anejos. De cualquier forma existen algunas limitaciones:
1-A pesar de tener dispositivos de coagulación bipolar eficientes, pueden aparecer problemas con la hemostasia como por ejemplo sangrado incontrolado de algún vaso que dificulta la visión, en ese caso el procedimiento se hace imposible y puede resultar peligroso continuar con el mismo. El contenido de chocolate de un endometrioma no dificulta la visón debido a que se limpia con facilidad debido a la infusión a presión de Ringer lactato
2-La imposibilidad de exponer planos de clivaje entre los diferentes tipos de tejidos de la misma forma en que se pueden realizar durante la laparoscopia quirúrgica. Aquí el cirujano esta solo y debe sacar el máximo provecho al campo visual. Si se desarrolla, aunque en menor grado, un cierto tacto cuando se tocan los tejidos. Los prototipos con dos puertos quirúrgicos parecen muy prometedores ya que un canal puede ser usado para coger o fijar el tejido mientras que el otro se utiliza para incidir, coagular, tomar biopsia, etc.
3-Las intervenciones realizadas con laparoscopia transvaginal quirúrgica llevan más tiempo quirúrgico que si se realizan con laparoscopia convencional.
Esto significa que, en este momento, es más sencillo y más rápido, incluso con poca experiencia quirúrgica tratar endometriomas de 4 ó 5 cm de diámetro por laparoscopia convencional. Aun así, la laparoscopia transvaginal quirúrgica parece la herramienta ideal para detectar y tratar los pequeños endometriomas menores de 15 mm, dado que en la mayoría de los casos la detección de esos endometriomas va seguida de su exéresis durante el mismo procedimiento

DRILLING OVARICO
La laparoscopia transvaginal quirúrgica es útil para la realización de drilling en pacientes con ovarios poliquísticos resistentes a la terapia medica. Uno de los principales inconvenientes del drilling es la posibilidad de formación de adherencias. El neumo con CO2 produce acidosis y favorece la formación de adherencias por su efecto deletéreo en la oxigenación de las capas mesoteliales peritoneales. Aunque hacen falta más estudios para probar la disminución en la formación de adherencias si el procedimiento se realiza utilizando Ringer lactato precalentado como medio de distensión, los datos de trabajos experimentales muestran menos adherencias cuando los procedimientos fueron realizados bajo liquido en vez de con CO2.
Tras la identificación de la superficie ovárica, se realiza el drilling usando una aguja bipolar, con un diámetro de 1 mm y una longitud de 0,8 cm. La aguja se coloca perpendicular a la superficie ovárica, empujándose contra el ovario. La cápsula se perfora utilizando corte bipolar, permitiendo una fácil inserción de la aguja, una vez insertada, se utiliza coagulación durante 5 segundos. Aunque no hay datos disponibles acerca del numero de puntos de coagulación a realizar, nuestra política es realizar entre 10 y 15 puntos de coagulación en cada ovario, preferentemente en la zona anterolateral . Cuando la corriente se activa, se detiene el flujo continuo de Ringer Lactato permitiendo un mejor efecto de la corriente bipolar y el efecto máximo de la energía. El procedimiento completo no excede los 30 minutos. El pequeño diámetro de la aguja, minimiza la lesión en la cápsula ovárica, reduciéndose así el riesgo de adherencias posquirúrgicas.

Nuestros resultados están en línea de los de otros grupos y son comparables a los obtenidos por vía laparoscópica. La restauración de ciclos monofoliculares, evitar gestaciones múltiples y evitar complicaciones son factores a favor del tratamiento quirúrgico de los ovarios poliquísticos. Al mismo tiempo se puede llevar a cabo una exploración completa de la pelvis. En ausencia de establecimiento de ovulación tras la cirugía, se puede llevar a cabo la estimulación de la ovulación con escaso riesgo de hiperestimulación ovárica. La fácil realización y su baja morbilidad, hacen a este procedimiento preferible a ciclos largos de inducción de la ovulación y se recomienda previo a FIV.

CIRUGÍA TUBÁRICA RECONSTRUCTIVA
Usando tijeras pequeñas y coagulación bipolar y corte, se puede realizar adhesiolisis de las adherencias tubo-ováricas. El uso de Ringer lactato precalentado nos ofrece una clara delimitación entre los diferentes órganos y las adherencias ofreciendo la posibilidad de una adhesiolisis precisa,. También, en presencia de hidrosalpinx, la adhesiolisis permite la restauración anatómica de la relación tubo-ovárica. El sitio de invaginación puede ser fácilmente visualizado y el hidrosalpinx puede abrirse realizando una incisión como en cualquier intervención de microcirugía. Tras abrir el hidrosalpinx, la mucosa intratubárica puede ser inspeccionada a través de salpingoscopia, evaluando el daño a dicho nivel. Así, las pacientes pueden ser derivadas sin demora a salpingostomía microquirúrgica o a FIV. Una ventaja técnica de la vía transvaginal sobre la abdominal es que la posición normal del segmento ampular esta en la misma dirección que la óptica, por lo que la salpingoscopia puede realizarse sin manipulación suplementaria. Se usa la misma óptica de 2.9 mm y la distensión del segmento ampular se obtiene con el flujo continuo de ringer lactato

CONCLUSIÓN
Nuestra experiencia muestra la facilidad de uso del acceso transvaginal para la realización de procedimientos quirúrgicos bien definidos. En ausencia de visión panorámica, se excluye la cirugía mayor así como la cirugía en situaciones agudas como sangrado o infección. El acceso directo a las trompas de Falopio, ovarios, fosa ovárica y hojas posterior del ligamento ancho hace la técnica cómoda para el tratamiento de la endometriosis superficial asi como para el drilling ovárico. El uso de medio de distensión líquido mantiene los órganos a flote permitiendo una identificación precisa de las pequeñas lesiones superficiales asi como una buena delimitación de las diferentes estructuras.
La baja morbilidad del procedimiento transvaginal en contraste con el dolor experimentado tras la laparoscopia debida a la irritación causada por el CO2, hace que el procedimiento pueda realizarse por hospital de día. Aunque los órganos son fácilmente accesibles, la identificación precisa y el reconocimientos de la situación anatómica es necesaria para evitar complicaciones mayores. Es más, los procedimientos quirúrgicos deben reservarse para aquellos cirujanos con suficiente experiencia en laparoscopia transvaginal diagnóstica. El desarrollo de nuevo instrumental hará esta cirugía más precisa y más rápida.

lunes, 21 de julio de 2008

Miomas Infartados

Miomas infartados. Abdomen agudo
Introducción


Se trata de un caso clínico, en el que una paciente es intervenida de urgencia al presentar sintomatología de abdomen agudo, acompañado de leucocitosis, sin anemia, y con ecografías previas, que no mostraban patología ginecológica. Los miomas de útero son la patología más frecuente del aparato genital femenino, y aunque sus causas aún no se conocen con exactitud, debemos entender que el conocimiento se esta patología nos indicará la forma de tratarla.

Patología: Se trata de un tumor benigno, un leiomioma de origen mesodérmico, que suele situarse en el cuerpo uterino, que puede ser múltiple y que suele ser de consistencia firme, cuando no coexisten otras patologías.

Frecuencia: Dentro de las patologías tumorales uterinas, es la más frecuente, aproximadamente el 95% de las tumoraciones uterinas, y dentro de estas las más frecuentes se presentan en mujeres entre 35 y 45 años.

Etiología: Aunque no se conoce con certeza, hay indicios claros de una dependencia hormonal. Si el uso de anticonceptivos está en relación con la menor a parición de los miomas, se supone que los estrógenos deben de estar relacionados con la patogenia de la miomatosis. Suele aparecer en edad fértil y su involución es más frecuente con la menopausia. Se considera la obesidad un factor de riesgo en la aparición de los miomas.

En la imagen inferior, se aprecia la forma del útero y la distinta posición y situaciones que pueden presentar los miomas, submucosos, intramurales, subserosos, pediculados…

Caso clínico
Mujer de 32 años de edad, sin embarazos previos, que acude al servicio de urgencias de nuestro Hospital, por presentar dolor abdominal de horas de evolución y que no se acompaña de sintomatología digestiva. Vista por los Médicos de urgencias, aprecian un hirsutismo bastante pronunciado, en mujer obesa. La exploración abdominal les alarma, pero acusando más el dolor a la presión en puntos ováricos e hipogastrio. La analítica muestra ligera leucocitosis sin desviación izquierda. El test de embarazo es negativo. La radiografía de abdomen no muestra alteraciones significativas.

Se ponen en contacto con el servicio de Ginecología, donde se le practica ecografía abdominal, no encontrando patología que justifique el cuadro abdominal, ni líquido libre ni otras imágenes que pudieran hacer sospechar una patología ginecológica. Se avisa al cirujano de guardia, que al explorar el abdomen lo etiqueta de abdomen quirúrgico y decide practicar laparotomía, dudando entre una apendicitis aguda o un problema de origen ginecológico, como así lo hace constar en la historia clínica.

Se practica pequeña laparotomía, apreciándose dos tumoraciones pediculadas, con el pedículo torsionado, que correspondían a útero. El tacto era más blando que el de los miomas habituales, aunque no impresionaban de malignidad. Se decidió su extirpación, sin practicar histerectomía, dada la edad de la paciente, dependiendo del resultado anatomopatológico, para obrar en consecuencia.
Como se aprecia en la fotografía la primera impresión y el tacto, no nos hacían pensar en que fueran miomas. Sí que estaban pediculados y la primera impresión no era de malignidad.
Se observan claramente los pedículos que emergen del cuerpo del útero.



La extirpación fue técnicamente muy sencilla, remitiéndose al servicio de anatomía patológica para su análisis y diagnóstico.
En este tosco pero didáctico dibujo, se intenta plasmar, tal como estarían situados los miomas y de esta forma entender mejor la sencillez del tratamiento quirúrgico, así como la facilidad que presentaban para que pudiese torsionarse cada pedículo y producir el cuadro de dolor abdominal antes explicado.

El resultado anatomo patológico fue de miomas infartados, con ausencia de malignidad en todos los cortes estudiados. El postoperatorio cursó sin incidencias, remitiendo a la paciente al servicio de ginecología para un estudio más específico.

Nuestro agradecimiento al Dr Dr. Antonio Carbonell-Tatay