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viernes, 29 de julio de 2011

MANEJO LAPAROSCÓPICO DE DISPOSITIVO INTRAUTERINO MIGRADO A TROMPA DE FALOPIO CON HIDROSALPINX SECUNDARIO

MANEJO LAPAROSCÓPICO DE DISPOSITIVO INTRAUTERINO MIGRADO A TROMPA DE FALOPIO CON HIDROSALPINX SECUNDARIO
REV CHIL OBSTET GINECOL 2007; 72(5)


INTRODUCCIÓN
Los dispositivos intrauterinos (DIU) son un método de control de la fertilidad reversible ampliamente usado y altamente efectivo. Cerca de 100 millones de mujeres en el mundo utilizan DIU para controlar su fertilidad y Chile es uno de los países latinoamericanos con la mayor proporción de usuarias de DIU, estimándose que cerca de un 70% de las usuarias son controladas en los servicios estatales de planificación familiar. En la actualidad, los más usados son los dispositivos con forma de T medicados con cobre o gestágenos. A diferencia de los DIU no medicados estos son más eficaces y tienen menos efectos adversos.
La perforación uterina es una seria complicación asociada a la inserción de un dispositivo. Esta complicación es rara, con una frecuencia promedio estimada en 1,2 por 1000 inserciones y solo el 0,1 a 0,9% de las perforaciones se asocian a complicaciones severas, a veces con resultado de muerte como la perforación intestinal. Esta complicación muchas veces asintomática, ocurre más frecuentemente en el momento de la inserción, pero también puede ocurrir tardíamente, en caso de quedar parcialmente incrustado en el miometrio, produciéndose la migración del dispositivo a la cavidad abdominal. Una vez en la cavidad pélvica o abdominal, el DIU se ubica con mayor frecuencia en epiplón, recto-sigmoides, peritoneo, vejiga, apéndice y anexos, pero la localización dentro del lumen de la trompa de Falopio es muy infrecuente. El tratamiento más aceptado para esta complicación, es la remoción ya sea por vía laparoscópica o por laparotomía, principalmente por el riesgo de adherencias intraabdominales y por el potencial daño de órganos vecinos. Se presenta el manejo de un caso de dispositivo intrauterino ubicado en el lumen de la trompa
de Falopio con hidrosalpinx secundario.

CASO CLÍNICO
Mujer de 44 años a quien se le insertó un dispositivo intrauterino (DIU) tipo T con cobre en el puerperio inmediato, en el año 1978. Durante los 5 años siguientes ella asistió a controles semestrales con matrona en su consultorio, donde se le informaba que las guías del DIU estaban en su lugar.Posteriormente, al solicitar la extracción del dispositivo por deseo de embarazo, es derivada a su hospital de referencia por no observarse las guías. Se solicita ecotomografía transvaginal que descarta presencia de DIU intracavitario, por lo que se concluye su expulsión. Después de una infertilidad secundaria de 4 años de evolución, la paciente se embaraza espontáneamente realizándose una cesárea electiva en 1989. En junio de 2006, por traumatismo accidental en columna lumbar, se realizó una radiografía de pelvis y columna, que reveló la presencia de un DIU tipo T en posición invertida en abdomen superior izquierdo, por lo que es derivada al Servicio para su manejo.En la unidad se confirmó este hallazgo con ecotomografía transvaginal que demostró ausencia







de DIU intrauterino. El 30 de noviembre de 2006, se realiza laparoscopía diagnóstica, visualizándose hidrosalpinx izquierdo con un DIU tipo T intratubario, sin el filamento de cobre en sus ramas, con mínimas adherencias laxas de trompa a parénquima ovárico. No se encontró ninguna solución de continuidad en útero y el anexo derecho se aprecia sin alteraciones. Se procedió a liberación de las adherencias y salpingectomía izquierda con bipolar y tijera. El tiempo operatorio fue de 25 minutos, se usó cefazolina 2 gramos en forma profiláctica y la paciente fue dada de alta en buenas condiciones al día siguiente.

DISCUSIÓN
Las complicaciones más frecuentes asociada al uso de DIU son las infecciones pélvicas y la perforación uterina hacia la cavidad pélvica, abdominal y retroperitoneal. La perforación uterina al momento de la inserción
del DIU depende de distintas variables, entre ellas la experiencia del operador, tamaño y posición del útero (anteversión o retroversión), presencia de malformaciones uterinas y periodo de post-parto o post-aborto, que es donde con más frecuencia se produce esta complicación incrementada por una prolongada contractibilidad uterina, acelerada involución y menor dolor durante la inserción en periodo de lactancia. El manejo de una perforación uterina por DIU es contradictorio, ya que la mayoría de las pacientes son asintomáticas y los DIU pueden permanecer silentes por muchos años, diagnosticándose en forma tardía o accidentalmente al realizarse una radiografía de pelvis o columna como ocurrió con esta paciente, a la que se le hizo el diagnóstico después de 28 años. Hay autores que sugieren que la remoción quirúrgica debe realizarse solo
en pacientes sintomáticas. Los dispositivos medicados con cobre y levonorgestrel, que han perforado completamente la pared uterina hacia la cavidad abdominal, deben ser removidos tan pronto como sea posible, por la gran reacción inflamatoria en los órganos vecinos y por la probabilidad de perforación de una víscera hueca. En el caso de DIU con levonorgestrel sus concentraciones séricas son muy altas (10 veces mayor que cuando esta in situ) interfiriendo con la ovulación, por lo que su extracción es mandatoria si la paciente busca fertilidad. No siempre es posible la extracción de un dispositivo por laparoscopia, ya que muchas veces en ausencia de adherencias, el dispositivo permanece oculto bajo el epiplón mayor o incrustado en él, que hace imposible su localización; en esos casos, es mejor realizar una nueva evaluación en lugar de convertir a laparotomía. En el caso presentado, encontramos una pelvis libre de adherencias, y un hidrosalpinx izquierdo con una adherencia laxa al ovario, que al liberarla permitió la visualización de la rama vertical del DIU, insinuándose a través de la fimbria, lo que permitió su extracción mediante una salpingectomía sin complicaciones. La tasa de remoción laparoscópica exitosa de un dispositivo varía desde 44 a 100% en publicaciones nacionales e internacionales.
Se sabe que los dispositivos intrauterinos aumentan 3 a 4 veces la incidencia de enfermedad inflamatoria pélvica, lo que podría producir secundariamente un hidrosalpinx. En el caso clínico presentado, lo más probable fue que la presencia del DIU intratubario haya causado una reacción inflamatoria local, que llevó secundariamente a la formación de un hidrosalpinx. Cuando se realiza una laparoscopia para extraer un DIU, en ocasiones se encuentra solo los señuelos visibles que emergen a través de un plastrón, que al ejercer una tracción excesiva puede dañar seriamente las estructuras adyacentes, además de producir sangrado, de ahí que lo importante en estos casos sea realizar una disección cuidadosa siguiendo los señuelos del DIU para evitar daños.


El diagnostico de DIU intraabdominal se realiza inicialmente por ecotomografía transvaginal y en caso de ausencia intracavitaria, debe realizarse una radiografía de pelvis para descartar su expulsión por vía vaginal o confirmar su ubicación intraabdominal. Ocasionalmente, es necesario solicitar un TAC pélvico el cual delimita muy bien la configuración anatómica uterina. En nuestro caso clínico, la pesquisa se hizo a través de radiografía de columna lumbar solicitada por una contusión, que mostró dispositivo tipo T, invertido en el abdomen superior izquierdo, que fue complementada por una ecotransvaginal que certificó la
ausencia del DIU intracavitario. En algunas ocasiones al tomar una radiografía en posición vertical, el DIU puede aparecer en la cavidad pélvica y durante la laparoscopía con la paciente en posición de Trendelenburg puede migrar hacia el abdomen superior lo que dificultad muchas veces el hallazgo, por discrepancia con la localización del diagnóstico radiológico. Por último, la migración de un DIU puede ocurrir dentro de la pelvis y abdomen superior, ubicándose más frecuentemente en el epiplón mayor, rectosigmoides, peritoneo, apéndice y muy rara vez a la trompa de Falopio. Solo hay un caso publicado en la literatura de una salpingectomía derecha por laparoscopia, realizada por un hidrosalpinx, donde como hallazgo se encontró DIU intratubario. En nuestro caso clínico, lo más probable es que en el momento de la inserción, el DIU fue insertado en el ostium tubario y mediante el peristaltismo propio de la trompa, terminó en el interior del lumen tubario, con formación de un
hidrosalpinx, que en parte explica la subfertilidad de la pareja.

CONCLUSIÓN
La ausencia de los señuelos del DIU al examen ginecológico, combinada con la ecotomografia transvaginal y radiografía de pelvis, son suficientes para realizar el diagnóstico definitivo de un DIU intraabdominal. Al realizar una laparoscopia diagnóstica para extraer un DIU, en caso de encontrarse con un plastrón, en que solo son visibles los señuelos, debemos realizar una buena disección hasta ubicar las ramas del DIU, ya que la tracción indebida puede ocasionar serios daños a los órganos adyacentes.
Por último, a pesar de la controversia en relación a si es conveniente la extracción de un DIU intraabdominal, nuestra experiencia, nos muestra que por problemas psicológicos un porcentajemuy alto de nuestras pacientes desearon la extracción del DIU a pesar que eran asintomáticas.

jueves, 15 de enero de 2009

Actinomicosis asociada a DIU

del articulo Pelvic Actinomycosis Associated with an Intrauterine Device
JOURNAL OF GYNECOLOGIC SURGERY, Vol 23, Nº4, 2007

La Actinomicosis Humana fue descrita por primera vez en Israel en 1878, es una enfermedad crónica caracterizada por la formación de abscesos, la fibrosis tisular y múltiples senos drenantes. Los 4 tipos clínicos de actinomicosis son cervicofacial, torácico, abdominopélvico y cerebral. La lesión del tracto genital se piensa que tiene su origen en un foco en el segmento ileocecal del intestino. Recientemente se han descrito infecciones actinomicoticas ascendentes que afectan a los anejos tras la inserción de dispositivos intrauterinos (DIUs). La mayoria de los casos publicados son de la literatura americana, con alguna referencia en la India. En este articulo publicamos el caso de una actinomicosis pélvica asociada a DIU
CASO CLINICO
Mujer de 40 años, tercipara con historia de uso de DIU durante 9 años que consulta por febrícula y dolor abdominal de 3-4 meses. El dolor era entre leve y moderado, no irradiado, no era cólico y ocasionalmente asociaba vómitos. No existían factores agravantes relevantes. Tomo tratamiento indicado por medico de cabecera sin mejoría. En el examen abdominal no presentaba defensa, El examen ginecológico bimanual reveló masas tuboováricas bilaterales de 6x5 cm, tensas, de consistencia firme y fijas. El útero parecía igualmente fijo. Se retiró el DIU y se inicio terapia antibiótica ( doxiciclina y metronidazol) y antiinflamatoria durante 10 dias. Al volver para revisión no refería mejoría del cuadro de dolor. Fue estudiada teniendo en cuanta los siguientes diagnósticos diferenciales: Tuberculosis, Enfermedad inflamatoria o Masas tuboováricas malignas por lo que se planificó una laparotomía. Entre los resultados del estudio observamos: Hemoglobina 9 gr, , VSG 60 mm/hora. Leucocitos 14.000 con recuento de 89% neutrofilos (neutrofilia), Urea 40 mg y Glucosa 78 mg.. El Ca 125 era de 26.79 UI/mL y la placa de torax era normal. Se realizo una biopsia endometrial que resultó negativa para Tuberculosis. La eco abdominal reveló una masa hipoecoica de 7,3 x 6,6 cm en fondo de saco de Douglas en el lado izquierdo. En el lado derecho existía una masa de 7 x 6,5 cm con fluios Doppler aumentados. El útero era normal.
El TAC mostró hidronefrosis bilateral. Una masa heterogénea con realce se observaba en ambos anejos con medidas similares a las observadas en la ecografía.
Durante la laparotomía, se aprecio el útero fijo al colon sigmoide. Se apreciaron las masas tuboováricas densamente adheridas a las estructuras pélvicas circundantes y a la pared abdominal posterior. Las masas tuboováricas fueron separadas mediante disección roma y se realizo una histerectomía total. Mientras se separaban las adherencias el colon sigmoide fua abierto accidentalmente y se tuvo que realizar una colostomia. El examen anatomopatológico de las trompas y los ovarios mostró al seccionarlas áreas de necrosis con múltiples zonas amarillentas de 3-4 mm de diámetro. El examen microscópico reveló masas de micelios que es característico de la actinomicosis, rodeados de infiltrado polimorfonuclear y tejido granulomatoso crónico. El diagnostico fue confirmado con tinción Gram. Para el tratamiento se inicio penicilina durante 14 dias tras el resultado anatomopatológico y ampicilina oral durante 6 meses. El postoperatorio fue favorable y a las 6 semanas se realizó la reanastomosis.

DISCUSIÓN
En 1973 Henderson describió la relación entre los DIU y la actinomicosis pélvica. Aproximadamente el 25% de los DIU pueden infectarse por actinomices y el 2-4% pueden ser colonizados, pudiendo así desarrollar infecciones pélvicas. Entre los síntomas se observan caquexia, nausea, dolor abdominal bajo y leucorrea. Mientras progresa la enfermedad, esta puede convertirse en severa, con formación de abcesos tuboovaricos que llevan a una pelvis congelada que simula un cáncer pélvico. La actinomicosis pélvica en pacientes con DIU ha sido descrita con mas frecuencia en pacientes que han utilizado el DIU durante más de 3 años. Nuestra paciente utilizaba un Cu-T durante 9 años, que se suponía debía haber sido cambiado a los 3 años, pero la paciente lo olvido.
El diagnostico diferencia de la actinomicosis cuando forma una masa pélvica incluye tumores benignos y malignos de todos los órganos pélvicos, canceres metastáticos, desordenes linfoproliferativos, fibrosis retroperitoneal, endometriosis, enfermedad de Crohn y tuberculosis. El diagnostico de actinomicosis puede sospecharse cuando se aprecian los gránulos sulfurosos en el papanicolau. En el examen en fresco se aprecian múltiples hifas, para el diagnostico definitivo hacen falta cultivos anaeróbicos o anticuerpos específicos. Los hallazgos en los estudios por imagen de la actinomicosis pélvica no son específicos, sugiriendo un absceso o un proceso inflamatorio. El TAC puede usarse para evaluar la extensión de la enfermedad debido a que es más sensible que la ecografía. El examen de bario del colon puede revelar signos de invasión mural y de efecto masa.
El tratamiento se basa en la extracción del DIU y en el inicio de altas dosis de penicilina G intravenosa 15-18 unidades /dia durante 4 semanas, seguido de penicilina oral de 6 meses a 1 año. Tratamientos alternativos a la penicilina son: tetraciclinas, eritromicina y clindamicina. A menudo es necesario el drenaje quirúrgico de los abcesos.

CONCLUSIONES
La actinomicosis es una causa inusual de la enfermedad pélvica inflamatoria, debido a que los signos y los síntomas no son específicos, hace falta un alto grado de sospecha para un diagnóstico correcto. El no considerar la posibilidad puede llevarnos a una cirugía innecesaria y al retraso en la aplicación del tratamiento apropiado.